Este pasado fin de semana se ha celebrado la II Edición de Hackatrips FITUR 2018, esta vez con la temática de innovación en el sector turístico.
De forma imprevista, alguien sugirió volver a participar, recordando que en la primera edición la experiencia fue muy positiva. Intensa, y agotadora, pero positiva. Así que unos cuantos nos animamos.
Esta vez nos apetecía proponer algo que tuviera que ver con Blockchain. Temíamos que, dada la repercusión que esta temática tiene actualmente en los medios, cualquier propuesta de este estilo podría parecer poco original. También intuíamos que no sería fácil.
Nuestro equipo lo formamos José Canfrán, Adriana Varela, Caridad San Leandro, José San Leandro Ros, y yo. Nuestra idea la llamamos Echotel, y era una propuesta continuísta con la idea que presentamos en el primer Hackatrips: impulsar el turismo sostenible.
En esta ocasión nuestro target inicial eran los hoteles. ¿Cómo convencerles para impulsar un cambio real en cuanto a ofrecer servicios respetuosos con el medio ambiente y con el desarrollo sostenible? Buscábamos definir un criterio por el cual los hoteles pudieran optar a certificaciones que denoten su grado de compromiso con el turismo sostenible.
Para ello, nos valimos de la blockchain de Ethereum, en la cual desplegaríamos un SmartContract que nos permitiría gestionar la reputación de cada hotel.
Así pues nos propusimos implementar una prueba de concepto lo más simple posible: un buscador de camas. Envolvimos el API que nos proporcionaba uno de los patrocinadores del hackathon, HotelsCombined, para añadirle un dato más a cada resultado que éste nos devolvía: la reputación. A esta puntuación la denominamos GreenScore.
La reputación, como hemos dicho, la otorgaba un contrato inteligente. Lo implementamos y lo desplegamos sobre una blockchain local (ganache). Asignamos, a modo de prueba, unas reputaciones iniciales para los hoteles que respondía a unos criterios de búsqueda que acordamos previamente. Era un hackathon, a fin de cuentas. Con más esfuerzo del esperado, fruto en gran medida de nuestra relativa inexperiencia, conseguimos llamar al contrato desde un servidor Express en el que definimos nuestro API REST que envolvía el buscador de hoteles. En paralelo también conseguimos tener la OTA (agencia de viajes online) y el API de Echotel funcionando. Usamos Apiary para poder trabajar en paralelo y ser más rápidos.
Esquemáticamente, cada búsqueda en la OTA origina una serie de acciones.
El API de Echotel actuaría como un proxy inverso sobre el API de HotelsCombined, al que le añadiría la reputación. En el ejemplo, los resultados que proporciona HotelsCombined son los hoteles h1 y h2. La ejecución de la función de lectura de GreenScore devuelve 7 y 4, respectivamente. Finalmente, la OTA se encargaría de ordenar los hoteles en función de la reputación, por lo que se mostraría h1 en primer lugar.
Posteriormente diseñamos un prototipo de lo que sería la herramienta para certificar las características de cada hotel en lo referente a criterios de sostenibilidad. La denominamos CERTIFY.
La entidad certificadora necesitaría poder evaluar las características de un hotel y su relevancia en cuanto a su compromiso por la sostenibilidad. Para ello, añadimos la función correspondiente en el contrato, y así poder ejecutarla desde el propio servidor Express donde estaba desplegada la aplicación. Así podríamos demostrar una de las características más atractivas para los hoteles: comprobar el ROI de la propuesta tan rápido como sea posible. En cuanto un hotel llevara a cabo acciones que redundaran en mejorar el turismo sostenible, instantáneamente vería cómo su posición en nuestro SERP mejoraría. No tendría que esperar semanas ni meses para comprobarlo.
En el ejemplo anterior, una nueva valoración de h2 le asignaría una reputación de 9, y como resultado aparecería inmediatamente por delante de h1 en la página de resultados.
Llegados a este punto, queríamos incentivar a los turistas para llevar a cabo acciones relevantes en el destino. Como ejemplos, pensamos en repoblar bosques o realizar actividades solidarias. Imaginamos acuerdos con ONGs, y desarrollamos una prueba de concepto que sirviera para ilustrar un momento representativo en el cual el turista recibiera una acreditación por haber realizado una acción concreta, corroborada por alguna ONG comprometida con la iniciativa.
La mejor forma de implementar esta forma de gamificación era un token ERC20. Así, podríamos cerrar el ciclo y usarlo para canjear descuentos al reservar una estancia usando el buscador.
La propuesta de valor tenía dos destinatarios. Por un lado, los hoteles, que tendrían la oportunidad de apostar por el turismo sostenible y así captar turistas comprometidos, y previsiblemente más atractivos para el hotel. Por otro lado, los turistas tendrían mecanismos para realizar acciones beneficiosas en el destino, y que les incentivaría económicamente.
Sólo necesitábamos implementar el token. Sin embargo, desde la organización se instó a que “no hiciéramos una nueva criptomoneda”. Eso nos creó cierta confusión y frustración inicial. No es habitual un condicionamiento tan explícito sobre qué ideas llevar a cabo y cuáles no.
En cualquier caso, el tiempo para implementar lo que queríamos hacer era muy limitado, y decidimos enfocarlo a cómo podríamos implementar un DAO relacionado con esta propuesta.
Eso es lo que intentamos explicar en la presentación. Desafortunadamente, no lo conseguimos. Afortunadamente, éramos conscientes de lo arriesgado de la propuesta y nos sentimos satisfechos con el trabajo realizado.
De haber dado tiempo, nuestra idea habría incluido un crawler de servicios de hostelería. Por cada hotel encontrado, lo evaluaríamos en cuanto a sostenibilidad utilizando un algoritmo o IA. Si no superase cierto umbral, comunicaríamos al hotel nuestras recomendaciones personalizadas para mejorar en este sentido. Si por el contrario su calificación fuera positiva, se le invitaría a contribuir a nuestra iniciativa con una donación en criptomonedas, lo que a su vez le permitiría recibir tráfico de nuestro buscador, y recíprocamente nosotros recibir ingresos por afiliación.
Dicho crawler lo desplegaríamos en alguno de los servicios de hosting que ya soportan pago por criptomonedas. Podríamos hacer que el rastreador se regulase en función de sus propios fondos disponibles, teniendo en cuenta el coste de ejecutar SmartContracts y el coste de su propio hosting.
Como conclusión, no hay duda de que para nosotros ha sido un hackathon muy intenso, con algunos imprevistos, en el que esperábamos haber podido llegar más lejos en todos los sentidos: tanto en cuanto al alcance de la solución, como respecto a la valoración del jurado. Una gran experiencia que repetiremos con total seguridad.